mis días de soledad,
como viento que mece
las hojas en la arboleda,
como aire suave,
que refresca mi cara,
como tenue lluvia que cae
confiada de su destino.
¿Dónde podría estar la suerte de vivir?
Faltaba tiempo para pensar,
espacio para comprender.
Aproveché cada oportunidad,
decidí no comer, mal dormir,
olvidar a lo que más se puede querer.
Transcurría tan rápidamente...
Era intenso cada momento,
vibrante cada instante.
Tanto que quería abarcar...
Amaba tanto la vida,
pensé... "se va a escapar".
Yo, que tanto ame a la libertad;
de tan preciada que era,
iba a perderla y
a ella vivo encadenado,
a ella vivo encadenado,
pero jamás nada
me pudo apresar.
Porque el tiempo no tiene prisa,
transcurre lentamente mi destierro.
A veces dudo;
porque no me recuerdan:
los recuerdos,
los besos,
el calor del cariño
los te quiero.
En este castillo acristalado,
con el frío adosado a mi piel curtida,
el reflejo del techo estrellado
sobre un lecho de cartón,
arropado por la embriaguez,
divagando con la luna,
amanece y duermo.
Escaparate de la sociedad;
espejo donde nadie
quiere verse reflejado.
Trono desvencijado,
repleto de magulladuras,
mi reino esparcido por el suelo,
condenado por mi apariencia,
vivo encarcelado;
aquí postrado,
Tan solo comprendido por mi locura,
aquí postrado,
Tan solo comprendido por mi locura,
voy proclamando a los cuatro vientos
la esencia de la vida es “La Libertad”.
La libertad es ser esclavo porque uno quiere.
ResponderEliminarGracias ANNA. Acepto tu invitación y leeré tus poemas.
ResponderEliminar¡Huy! Qué comentario tan interesante. Da mucho que pensar. Para mí hay infinitas situaciones en las que nos podemos encontrar. Puede ser que hayamos elegido nuestra situación, que nos la hayan impuesto y aun así, siempre nos hemos podido equivocar o no. Muchas gracias por tu comentario anónimo, da mucho que hablar. En realidad la mayoría somo anómimos.
ResponderEliminarMe gusta mucho cómo escribes sigue haciéndolo!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario.
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